Hasta Luego Gaby.

Perdimos no solo a una miembro de la sociedad, ni a una atleta digna representante de nuestro pueblo.

Carajo! Perdimos a una compañera, a una amiga, a una

hija, a una hermana, perdimos a un ser irreemplazable con la cual charlamos mucho, con la cual podíamos pasar horas hablando, riendo y otras veces llorando, perdimos a una chi

ca que se creía insegura pero inspiraba a quien la rodeaba.

Fue en persona una luchadora invencible, tanto así que Dios sintió que la necesitaba en su mesa en el cielo y sin preguntarnos se la llevo.

Basta de preguntarnos ¿Por qué?, Comencemos a hacer la pregunta correcta, ¿Para que?. Recordemos a nuestra querida y singular amiga como lo que fue, una amiga carismática y que demostró un exceso de empatía por todos.

Recuerdo nuestra última conversación por Facebook, Dios cuántas preguntas me hizo, cuántas ocurrencias, era una ráfaga de preguntas, cuánto me hizo reír, cuánto me hizo dudar de mí cordura y madurez. Así era ella, incansable, pero con un corazón tan grande que no le cabía en su delgado tórax.

Familia y amigos de Gaby, este luto lo llevaremos por siempre y lo que nos ayudará cuando trizte nos pongamos por su ausencia es buscarla, no la busquemos en las demás personas, busquemosla dentro de nosotros mismos, tenemos aunque sea una anécdota con ella que nos dibujara una sonrisa.

Dios los bendiga, mucha fuerza a todos los que la noticia de la partida de Gaby conmovió.

No te olvidaré Gaby, en mis recuerdos estás vi

va y así estarás mientras Dios lo quiera.

Hasta luego amiguita, te quiero mucho!